Con un alto grado de decepción y más aún de preocupación, me he decidido a escribir unas líneas de mi reflexión al respecto, YA QUE UNA VEZ MAS EL GRUPO DE PERSONAS MAYORES QUE EN MADRID ALCANZA LA CIFRA DE MAS DE 800.000 PERSONAS MAYORES DE 65 AÑOS SE QUEDA FUERA DE LA LISTA, y me temo que para la Asamblea ocurrirá lo mismo.
A NADIE se le oculta ya que hoy en España, al igual que en el resto del mundo desarrollado, se vive más y se vive mejor.
Por un lado las mejoras en el Estado del bienestar y sobre todo también con los avances científicos, tenemos ahora unas perspectivas de vida muy superiores a las que tuvieron nuestros antepasados no muy lejanos y obviamente esta circunstancia tan positiva ha supuesto que el número de personas mayores suponga una parte muy considerable de la ciudadanía total.
Es también una cuestión obvia que si la edad biológica de los humanos ha evolucionado hasta las cotas que en la actualidad se disfrutan debe evolucionar del mismo modo y a la par la bien denominada edad social es decir que las personas mayores tengan su protagonismo real y desempeñen su papel con nuevos derechos y también con nuevas obligaciones.
Una sociedad desarrollada y en su empeño legítimo de ir consiguiendo cotas más altas de bienestar, debe ser capaz de incluir en igualdad de oportunidades a todas las personas que la integran acorde con sus capacidades, en la cual deben participar también, porque pueden, el colectivo de personas mayores con todo su capital de conocimiento y sabiduría adquiridos a través de los años.
No tiene razón de ser que en una época, la actual, en donde están surgiendo nuevos retos de competitividad y se ponen de manifiesto la necesidad de la profesionalidad, la sabiduría y la experiencia, se siga cometiendo la grave equivocación de marginar a las personas mayores de toda su actividad efectiva.
Del mismo modo es también un error seguir considerando al colectivo de personas mayores como un problema social y obviar que puede ser un recurso positivo para vitalizar la convivencia democrática en todos los aspectos de la dinámica cotidiana.
Sabemos también que todos los indicadores coinciden en que el porcentaje de personas mayores en la Unión Europea de 25 Estados miembros aumentará considerablemente en las próximas décadas y se prevé que del 17% actual pasará al 28% en el año 2.050, pues además del aumento de la media de vida por la mejora en la alimentación, avances importantes en la medicina, etc. etc. hay que tener en cuenta las bajísimas tasas de natalidad que se dan en los tiempos actuales.
Según la U.S. News & World Report, España tiene la tasa de natalidad más baja del mundo. La mujer española actualmente tiene 1,15 hijos de media. Para que la población se mantuviese al nivel actual, tendría que estar teniendo una media de 2,1 hijos. Esto significa que, de seguir esta tendencia demográfica, España va a tener un crecimiento negativo durante los próximos 50 años y que la población de España va a decrecer hasta cerca de los 30 millones de personas (siempre y cuando los niveles de inmigración continúen como ahora).
Así pues, estaremos ante un hecho evidente de que por primera vez en la historia las personas mayores constituirán una parte muy importante en la pirámide de población de los países desarrollados.
Es también evidente de que nos hallamos ante una realidad nueva los nuevos mayores, hombres y mujeres con una expectativa de vida de 85 años de media.
Teniendo en cuenta todas estas nuevas circunstancias es evidente que se requieren también nuevas formas en el diseño de la política en general dando a las personas mayores un nuevo papel social al que tienen derecho.
…. ¿Y cuál debería ser el programa de trabajo en el Grupo Socialista en sus líneas fundamentales?:
. Por supuesto seguir reivindicando todo lo relacionado con el aumento de las pensiones mínimas, geriatría, ley de dependencia, residencias, escuelas de 0 a 3 años, sanidad pública, barreras arquitectónicas, ascensores, derecho a la información, formación permanente…
Pero también y de manera muy firme se debe transmitir el mensaje de que se debe considerar el envejecimiento como una circunstancia de la vida y no como un problema, pues, ¿no es verdad que si es malo llegar a viejo es mucho peor no llegar?. Muchos de nosotros estamos convencidos de que la vejez es un estado de reposo y de libertad y no un problema.
En una sociedad como la nuestra que promociona exageradamente todo lo relacionado con la juventud, consideramos que es muy importante rescatar los valores que se encarnan en las personas mayores, tales como la experiencia, la sabiduría, la serenidad, la sensatez…
Se debe trabajar para que los medios de comunicación modifiquen su lenguaje peyorativo y paternalista y para que todo el mundo acepte a los mayores como parte integrante de la población en igualdad con el resto de los colectivos.
. En cuanto al intelecto: Se debe pedir el aumento de las actividades educativas y culturales (formación permanente) para retrasar lo más posible los procesos de degeneración intelectual y considerar a la cultura como vía de libertad interior, moral e intelectual del individuo.
Fomentar el manejo de la informática para evitar el crecimiento del llamado “analfabetismo funcional”.
Fomentar también la creatividad manual e intelectual y pedir el desarrollo de la universidad para los mayores.
Fomentar la cultura tradicional, que es la esencia de los pueblos, como un medio de convivencia.
. En cuanto a lo físico: Se deben promover actividades continuadas para retrasar el deterioro físico funcional.
. En cuanto a lo lúdico: Se debe fomentar el “ocio como virtud”, es decir, utilizar bien el tiempo libre y no solo como mero pasatiempo o lo que es peor ir matando las horas sin pena ni gloria.
. En cuanto a lo psicológico: Se debe impulsar el desarrollo del concepto de autoestima porque queremos vivir los mayores de proyectos, no de los recuerdos, porque no se trata solo de añadir años a la vida sino también de dar contenido a los años.
Sería muy conveniente sacar a la palestra la teoría recogida en la “Pirámide de Maslow” sobre la motivación humana denominada la “jerarquía de las necesidades”: necesidades básicas, fisiológicas, sociales y de autoestima de las personas.
Se podría hablar también del “Análisis DAFO”, para conocer cuáles son los puntos fuertes del colectivo de las personas mayores y también cuáles son sus debilidades.
De la Tutela y la curatela, y de la fiscalía del Mayor que la Asociación de Mayores Pablo Iglesias puso en conocimiento al Ministro Bermejo y ya hecha realidad.
Hablar también de la equidad de géneros conscientes de que SER MUJER Y MAYOR es un doble problema:
De la ley de igualdad que para las mujeres mayores ha llegado demasiado tarde. De los malos tratos a las personas mayores. Del síndrome de la cuidadora. De la abuela esclava. De las abuelas canguro. De los abuelos golondrina o maleta. Del síndrome del nido vacío. De la feminización de la pobreza.
. Recuperar el valor de la solidaridad entre generaciones.
. Promover que se formen grupos de mayores en las Agrupaciones.
En definitiva: Se NOS DEBERÍA PERMITIR a las personas mayores contribuir en la vida económica, social, política y cultural de la sociedad y participar sobre todo en la toma de decisiones respecto a las cuestiones que nos conciernen y se confíe en nuestra experiencia y sabiduría como base para el desarrollo futuro.
PERO EVIDENTEMENTE TODO ESTO SE VA A QUEDAR DIEZMADO A LA VISTA DE LA LISTA PROPUESTA CON LA AUSENCIA TOTAL DE PERSONAS MAYORES QUE SON LAS VERDADERAMENTE CAPACITADAS PARA HABLAR DE LOS PROBLEMAS DE LOS MAYORES, CON LOS MAYORES Y PARA LOS MAYORES.
Nada más. Un cordial saludo.
Emilio Jorrín García. Pintor y Escritor. Presidente de Asociación de Mayores Pablo Iglesias.
Madrid, 10 de febrero de 2.011.
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Desgraciadamente, si hay un mayor en la política, es porque se ha hecho mayor siendo político, lleva muchos años en el cargo y está despegado de la realidad de los mayores en nuestra ciudad.
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